Se han escrito poemas para una mujer hermosa y dedicados millones de versos para conquistar a esa mujer, pero como éste poema no encontrarás ninguno igual.
Bellos poemas para una mujer hermosa
Un bello poema de amor dedicado a la esposa del poeta, aclaro que cuando pide un minuto por la mañana, todos nuestros amigos y lectores pensarán que debería de haber escrito por la noche, pues el romanticismo, se expresa mejor en la oscuridad y al amparo de la luna. Amigos, para despejar sus dudas, les ofrecemos esta historia de amor pero antes le pedimos que lean la poesía.
A mi esposa con amor
Hoy quiero que sea un gran día,
pues mi corazón late y no reposa,
llevo en mi mano una flor hermosa
del color de mi camisa, por armonía.
Concédeme un minuto esta mañana,
que este negro te pide con poesía
para expresarte amor, alegría
y robar tu corazón, en hora temprana.
Si crees aún que el amor existe,
pon en agua esta rosa,
que al igual que la mujer hermosa
si no se ama, se queda triste.
Dame tu mano para cuidarte
y vivir con amor a tu lado,
porque aquí está, tu negro amado
que a ti mi negra, jamás dejará de amarte.
Autor: Joan Mengual
Poemas para una mujer hermosa
Hermosa historia de amor con poemas para una mujer hermosa y aunque digan de que “todo parecido con la realidad es pura coincidencia”, lo dejo a vuestra opinión.
Por si desean leer más poemas para la esposa, les dejamos el enlace.
La historia del poema
Cierto día de invierno, tomé por primera vez, la mano de la mujer más hermosa del planeta. Era una linda mañana alegre y soleada, como a primera hora, el encuentro fue una verdadera sorpresa pues ni lo imaginaba, bueno, tenía conocimiento de que mi amor vendría a recogerme pero no sabía el momento ni lo que sucedería.
Cuando vi que se me acercaba, todo mi cuerpo temblaba, estaba nervioso por la pasión que recorría todo mi cuerpo, pues, había esperado unos 6 meses para estar cerca de ella. Nunca jamás estuve tan cerca a solas, por segundos todo mi cuerpo parecía un volcán escupiendo lava ardiente. Me di cuenta de que ella estaba más nerviosa que un caballo a punto de comenzar la carrera. Era nuestra primera vez.
No fueron necesarias las palabras, tomé su mano, la acerque a mi pecho y aunque nos conocíamos y existía un gran amor, el acercamiento de nuestros cuerpo encendía ese volcán que llevamos dentro.
Nuestros labios se besaron por primera vez, mi corazón se aceleró hasta el punto de estallar y me di cuenta de que aquello era amor de verdad, un amor de esos que aunque existan rayos y tempestades, seguirán unidos y eterno. Cuando empecé a besarla pensé… por fin he conocido el verdadero amor y mientras circulaban los fluidos con sabor a miel en el intercambio del beso, mis manos buscaban partes de su cuerpo, era tan real que no sabía en cuál de ellas tocar con delicadeza para asegurarme de que no fuera un sueño.
Locura o pasión de amor
Unos segundos más tarde, la pasión, la locura del amor se apoderó de nuestros cuerpos, se detuvo el mundo y nuestras mentes quedaron paralizadas. Fueron unos minutos inolvidables, una experiencia que jamás podré describir, tan sólo puedo decir qué, aquello fue amor verdadero y real.
Todo ocurrió con romanticismo, espontáneo, sin planearlo, creo que así se expresa el amor entre la pareja.
El primer beso de mi novia en aquella mañana de invierno quedó grabado por siempre en mi corazón y aún hoy día lo recuerdo como si fuese esta mañana.
Mi amor, te amo y siempre te amaré. Tú has hecho que mi vida tenga sentido y a ti dedico todos mi poemas, versos y escritos.
Atte Joan Mengual.
P.D. de Poemas de Amor.
Todo parecido con la realidad, es pura coincidencia. No lo olviden.
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